No he leído mucho por ahí sobre la finale de esta semana de The Walking Dead para no destapar ningún spoiler aunque me tope con uno de golpe y la verdad es que me destripó parte de la emoción del 3x16 de la serie. Pero intuyo que esta finale de temporada ha decepcionado bastante al personal y no entiendo por qué.
Esta temporada ha tenido más drama que nunca, mucho diálogo y mucha introspección, la falta de acción y zombies hacía que muchos fans de la saga, entre ellos mi querido marido, se quejaran de que la serie perdía parte de su encanto. Pero yo creo que era todo lo contrario, este cambio le propinaba a la serie más personalidad, de hecho ganaba con él, porque TWD nunca ha sido una serie de zombies al uso y en esta temporada se ha hecho plausible la frase que popularizó Hobbes, el hombre es el lobo del hombre, sin duda su peor enemigo, mucho peor que cualquier apocalipsis zombie. No ha habido una batalla final contra los muertos vivientes como en el final de la segunda temporada, ni tampoco una batalla final como cabía esperar contra los hombres del Gobernador, nada ha sucedido como cabía esperar. Pero es que hay mucho más dentro de esta historia que no me deja de sorprender.
Y es que los personajes están en una situación límite, la batalla por la supervivencia llega a un punto en el que muchos personajes ya no saben si vale la pena vivir. Rick por ejemplo, que en esta temporada ha alcanzado cotas de desesperación nunca antes vistas, o su hijo Carl que es un compendio absoluto de traumas infantiles, es un Gobernador en potencia sin duda alguna, sólo el nacimiento de la hermana pequeña ha dado un halo de esperanza a esta mermada familia tras la pérdida de Lori. Y la rendición final como líder de Rick es otro claro ejemplo de como esta situación supera al más pintado. Andrea, la fuerte, muestra su debilidad al caer presa de las garras tentadoras del Gobernador y su mini paraíso aislado, la escena de su muerte junto a Michonne es realmente conmovedora. Daryl sufre con su hermano hasta el último suspiro de éste. Todos viven situaciones duras y complicadas que van más allá de la lucha con los zombies.
En definitiva The Walking Dead ha vuelto a superarse otra temporada más y ahora nos tocará a esperar otra larga temporada hasta otoño para saber qué le deparará a Rick y su grupo con el loco del Gobernador y su dos secuaces campando a sus anchas.
Esta temporada ha tenido más drama que nunca, mucho diálogo y mucha introspección, la falta de acción y zombies hacía que muchos fans de la saga, entre ellos mi querido marido, se quejaran de que la serie perdía parte de su encanto. Pero yo creo que era todo lo contrario, este cambio le propinaba a la serie más personalidad, de hecho ganaba con él, porque TWD nunca ha sido una serie de zombies al uso y en esta temporada se ha hecho plausible la frase que popularizó Hobbes, el hombre es el lobo del hombre, sin duda su peor enemigo, mucho peor que cualquier apocalipsis zombie. No ha habido una batalla final contra los muertos vivientes como en el final de la segunda temporada, ni tampoco una batalla final como cabía esperar contra los hombres del Gobernador, nada ha sucedido como cabía esperar. Pero es que hay mucho más dentro de esta historia que no me deja de sorprender.
Y es que los personajes están en una situación límite, la batalla por la supervivencia llega a un punto en el que muchos personajes ya no saben si vale la pena vivir. Rick por ejemplo, que en esta temporada ha alcanzado cotas de desesperación nunca antes vistas, o su hijo Carl que es un compendio absoluto de traumas infantiles, es un Gobernador en potencia sin duda alguna, sólo el nacimiento de la hermana pequeña ha dado un halo de esperanza a esta mermada familia tras la pérdida de Lori. Y la rendición final como líder de Rick es otro claro ejemplo de como esta situación supera al más pintado. Andrea, la fuerte, muestra su debilidad al caer presa de las garras tentadoras del Gobernador y su mini paraíso aislado, la escena de su muerte junto a Michonne es realmente conmovedora. Daryl sufre con su hermano hasta el último suspiro de éste. Todos viven situaciones duras y complicadas que van más allá de la lucha con los zombies.
En definitiva The Walking Dead ha vuelto a superarse otra temporada más y ahora nos tocará a esperar otra larga temporada hasta otoño para saber qué le deparará a Rick y su grupo con el loco del Gobernador y su dos secuaces campando a sus anchas.
Comentarios
Luego la muerte de Andrea... siento el spoilerazo, menuda cagada la mía, me dejé llevar por la emoción, pero es que nadie se la esperaba. Bueno, tú ya sí.. claro... pero la manera, eh, eh??? Pobre Milton...
Carl, ese pequeño psicópata nos va a dar más de un disgusto en la siguiente temporada, y si no, al tiempo...
Y no creo que Rick haya renunciado a su lideraje, pero sí a su dictadura. Al final de la segunda temporada dejó claro que su liderazgo se imponía como un absolutismo, ha entendido que, como en el origen, el mejor líder es aquel al que siguen sin coacción y teniendo este en cuenta las opiniones y deseos del resto del grupo. Y eso se lo deben al Gobernador XD