Esta semana he podido leer dos interesantes posts sobre el sexo después de tener hijos, uno aquí, y otro aquí. Los dos son muy completos, uno más personal y el otro más divulgativo, de hecho este último además de describir perfectamente muchas de las cosas que he vivido en primera persona, aporta soluciones que en mi caso veo ciertamente impracticables primera porque todas ellas parten de la premisa de buscar momentos para la pareja y eso es hoy por hoy muy complicado. Al menos yo soy incapaz de irme tranquila a echar un polvo con mi marido y dejar a los peques con la abuela, ni mucho menos irme un fin de semana o unas vacaciones en plan pareja, la verdad, los dejo encantada si tengo compromisos de trabajo, o asuntos médicos, pero no me relajaría dejando a mis hijos para tener sexo, no va conmigo.
Ya lo conté muy bien aquí, en un post del año pasado, y no quiero repetirme sin necesidad, pero es cierto que para mí quedarme embarazada y tener hijos si bien ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida y me ha hecho inmensamente feliz y dichosa, he de reconocer que ha cambiado mucho mi vida sexual. También me consta que no siempre es así, porque cada persona, cada pareja y cada caso es un mundo. Si hay alguien que me lee y no tiene hijos todavía que no se asuste de ningún modo. Es un aviso a navegantes. Solo cuento mi caso.
Con la decisión de tener niños, primero se juntaron las búsquedas largas y desesperanzadoras, que al cabo de varios meses convertían al sexo en una rutina con horarios que me desmoralizaba sobremanera, y más tarde acabaron con un embarazo complicado con la líbido mutilada, por el medio dos abortos y sus consecuentes traumas, más una episotomía terrible que no se la deseo ni a la descorazonada ginecologa que me la practico en mi primer parto, más el cansancio propio de ser mamá, más la lactancia materna y su revolución hormonal, etc etc. con todo el sexo se complicó e incluso por largos periodos de tiempo desapareció por completo. Y siendo sincera estos cinco últimos años aunque han sido parcos en sexo, han sido también riquísimos en amor, el de mi marido y ahora el dos pequeños niños que me adoran, así que estos años han demostrado desde luego que la relación con mi marido es muy fuerte y que nos queremos a pesar de que el "roce" no haya hecho el cariño por mucho tiempo.
Ahora con un niño de cuatro años en casa que ni echa siestas ni nada desde los años godos, y un bebé de mes y medio que se queda cada noche en el sofá a ver series con nosotros mientras el mayor duerme, y que después colecha encantado con los papis en nuestra cama, buscar un momento para tener sexo es más bien misión imposible, y cuando los hay los aprovechamos para dormir, xddd, que dormir es prioritario para mi bienestar. Pero no me importa esto es otra fase más que disfruto y vivo encantada, porque a mi la maternidad me ha tocado vivirla así, y soy igualmente feliz, y con este post lo que quiero explicar es lo que me pasa, porque puede que alguien se sienta así como yo y sea feliz igualmente. En estas cosas todo es válido mientras uno se sienta bien, al menos es lo que yo creo.
Y si en las conversaciones con amigas, u otras madres, ese alguien también es el bicho raro que puede vivir perfectamente sin sexo pero compensado con cantidades ingentes de amor de sus hijos y de su pareja, pero que muchas veces no se atreve a contarlo por miedo al que dirán, a ese alguien le diré, yo soy igual que tú, y la verdad no pasa nada.
En cualquier caso seguiré siendo la incomprendida, tanto es así que tengo una amiga que últimamente no hace nada más que proponerme ir a tupper sexs o recomendarme literatura erótica para ver si me entono un poco... Alma cándida que por supuesto agradezco tenerla como amiga porque sé que se preocupa por mí pero que no sabe que como todo en esta vida el sexo es cuestión de ritmos.
Ya lo conté muy bien aquí, en un post del año pasado, y no quiero repetirme sin necesidad, pero es cierto que para mí quedarme embarazada y tener hijos si bien ha sido lo mejor que me ha pasado en la vida y me ha hecho inmensamente feliz y dichosa, he de reconocer que ha cambiado mucho mi vida sexual. También me consta que no siempre es así, porque cada persona, cada pareja y cada caso es un mundo. Si hay alguien que me lee y no tiene hijos todavía que no se asuste de ningún modo. Es un aviso a navegantes. Solo cuento mi caso.
Con la decisión de tener niños, primero se juntaron las búsquedas largas y desesperanzadoras, que al cabo de varios meses convertían al sexo en una rutina con horarios que me desmoralizaba sobremanera, y más tarde acabaron con un embarazo complicado con la líbido mutilada, por el medio dos abortos y sus consecuentes traumas, más una episotomía terrible que no se la deseo ni a la descorazonada ginecologa que me la practico en mi primer parto, más el cansancio propio de ser mamá, más la lactancia materna y su revolución hormonal, etc etc. con todo el sexo se complicó e incluso por largos periodos de tiempo desapareció por completo. Y siendo sincera estos cinco últimos años aunque han sido parcos en sexo, han sido también riquísimos en amor, el de mi marido y ahora el dos pequeños niños que me adoran, así que estos años han demostrado desde luego que la relación con mi marido es muy fuerte y que nos queremos a pesar de que el "roce" no haya hecho el cariño por mucho tiempo.
Ahora con un niño de cuatro años en casa que ni echa siestas ni nada desde los años godos, y un bebé de mes y medio que se queda cada noche en el sofá a ver series con nosotros mientras el mayor duerme, y que después colecha encantado con los papis en nuestra cama, buscar un momento para tener sexo es más bien misión imposible, y cuando los hay los aprovechamos para dormir, xddd, que dormir es prioritario para mi bienestar. Pero no me importa esto es otra fase más que disfruto y vivo encantada, porque a mi la maternidad me ha tocado vivirla así, y soy igualmente feliz, y con este post lo que quiero explicar es lo que me pasa, porque puede que alguien se sienta así como yo y sea feliz igualmente. En estas cosas todo es válido mientras uno se sienta bien, al menos es lo que yo creo.
Y si en las conversaciones con amigas, u otras madres, ese alguien también es el bicho raro que puede vivir perfectamente sin sexo pero compensado con cantidades ingentes de amor de sus hijos y de su pareja, pero que muchas veces no se atreve a contarlo por miedo al que dirán, a ese alguien le diré, yo soy igual que tú, y la verdad no pasa nada.
En cualquier caso seguiré siendo la incomprendida, tanto es así que tengo una amiga que últimamente no hace nada más que proponerme ir a tupper sexs o recomendarme literatura erótica para ver si me entono un poco... Alma cándida que por supuesto agradezco tenerla como amiga porque sé que se preocupa por mí pero que no sabe que como todo en esta vida el sexo es cuestión de ritmos.
Comentarios
Luego, como bien sabes todo pasa, pero ya no vuelve a ser como era, eso de hacerlo los domingos por la mañana se acabó, o a la hora de la siesta porque mi mayor ya no se la echa, así que el sexo queda relegado a las noches y a oscuras por supuesto para que ninguna se despierte.
Supongo que volverá a cambiar y cuando las dos brujas duerman en su habitación, o cuando empiecen a salir con las amigas estaremos de nuevo solitos mucho rato y habrá tiempo para todo ;-)
Un saludo
De todas formas te digo que no ta acomodes en esa relación porque al final te hermanarás con tu marido y eso es peligroso.
Mira yo también he pasado por eso ,pero siempre hay un ratillo y además un deseo latente.
Es una opinión ,todas hemos pasado en cierta medida por ahí.
Bueno, Arual, que yo también pertenezco a ese club secreto...jajaja