Empiezo a ver la luz al final del tunel. Ayer colocaron los muebles de mi habitación y también la mesa y las sillas de la cocina. Oficialmente podría trasladarme a mi piso nuevo porque tengo donde dormir y donde comer. Aunque mi marido se niega a ello hasta que no tengamos el elemento básico de cualquier hogar según él: el sofá. Y también faltan el resto de muebles del salón y los del dormitorio de mi hijo. Así que tocará esperar un poco más pero ya no queda tanto para que mi "pesadilla antes y después de navidad" acabe.
Como ya vaticiné al principio de estos malos tiempos, mi vida como "homeless" no ha sido coser y cantar, ni de coña. Nunca me convenció tener que vivir en casa de la suegra y menos aún cuando ella volvió de sus vacaciones medicinales en el hogar de su hermana tras un periodo de convalecencia por una fractura de hombro. En total habré llevado aproximadamente unos tres meses viviendo en "territorio hostil", dos de los cuales con el "enemigo" dentro, y el balance ha sido desastroso. Yo jamás me había peleado con ella. Su hijo sí, mil veces, pero es su hijo. Yo siempre he pensado, y más desde que tengo un niño, que algún día yo también seré suegra y que hay que respetarlas y tal y tal. Pero la convivencia es muy traicionera, y el roce hace el cariño y otras cosas más feas, y claro al final tuve que explotar. Así que antes de Navidad tuve que gritarle un día, no es algo de lo que me sienta orgullosa, pero mi paciencia se agotó, el vaso de agua se llenó hasta los topes y ya no pude más. Menos mal que las vacaciones en el pueblo, separada de ella a 60 km, aliviaron mi enfado. No entraré en detalles. No vale la pena. Pero sucedió y tampoco es algo que deba ocultar. Ahora me siento emocionada con la proximidad del exilio a mi propio hogar y claro eso la turba sobremanera. Ayer estaba yo exhaltada contándole lo precioso que va a quedar mi piso y las ganas que tenía de estar allí cuando ella me respondió con tono cortante y mirada seria: "¿Tan mal estás aquí?" Y yo le mentí parcial y vilmente: "No, que va, es por la emoción de estrenar lo nuevo mujer".
Como ya vaticiné al principio de estos malos tiempos, mi vida como "homeless" no ha sido coser y cantar, ni de coña. Nunca me convenció tener que vivir en casa de la suegra y menos aún cuando ella volvió de sus vacaciones medicinales en el hogar de su hermana tras un periodo de convalecencia por una fractura de hombro. En total habré llevado aproximadamente unos tres meses viviendo en "territorio hostil", dos de los cuales con el "enemigo" dentro, y el balance ha sido desastroso. Yo jamás me había peleado con ella. Su hijo sí, mil veces, pero es su hijo. Yo siempre he pensado, y más desde que tengo un niño, que algún día yo también seré suegra y que hay que respetarlas y tal y tal. Pero la convivencia es muy traicionera, y el roce hace el cariño y otras cosas más feas, y claro al final tuve que explotar. Así que antes de Navidad tuve que gritarle un día, no es algo de lo que me sienta orgullosa, pero mi paciencia se agotó, el vaso de agua se llenó hasta los topes y ya no pude más. Menos mal que las vacaciones en el pueblo, separada de ella a 60 km, aliviaron mi enfado. No entraré en detalles. No vale la pena. Pero sucedió y tampoco es algo que deba ocultar. Ahora me siento emocionada con la proximidad del exilio a mi propio hogar y claro eso la turba sobremanera. Ayer estaba yo exhaltada contándole lo precioso que va a quedar mi piso y las ganas que tenía de estar allí cuando ella me respondió con tono cortante y mirada seria: "¿Tan mal estás aquí?" Y yo le mentí parcial y vilmente: "No, que va, es por la emoción de estrenar lo nuevo mujer".
Comentarios
Pero me sorprende una cosa, ¿Cómo no sabes, al igual que J. que lo imprescindible para entrar a vivir en cualquier sitio es el sofá???????? Ya puede faltar todo lo demás, pero el sofá NO ;)
El roce hace el cariño... dicen, pero también profundas heridas si no se curan a tiempo. La convivencia no es nada fácil, y creo que entre "matriarcas" lo llevamos todavía peor... De todos modos, espero y deseo que recuperes la cordialidad con tu suegra ahora que por fin estarás en "zona segura" y también que esta no llegue a leer esta entrada...
Y estoy con Juan, si no quieres oir según que cosas, no hagas la pregunta...
Pero bueno si mi suegra aprende a navegar por internet y un buen día se topa con este post tendrá un montón de respuestas en muy pocas líneas.
De elementos imprescindibles en un hogar se podría discutir. Para mí son son la cama para dormir y una mesa y sillas para comer, :) Podemos abrir un debate-foro de discusión sobre el tema.