Si alguien fue una fiel compañera en nuestro viaje a París esa fue la lluvia, no nos falló, no nos dejó ni a sol ni a sombra y ella fue la culpable de teñir de gris nuestro paseo mañanero rumbo a la Tour Eiffel del primer día. Aún así las vistas desde el último piso de esta conocida torre no dejaron de ser sumamente impactantes. Ésta era la vista del Campo de Marte y Montparnasse desde allá arriba.
La famosa torre vista desde las aguas del río Sena también me dejó sin aliento.
Pero no sólo de torres vive París, después de conocer este monumento dirigimos nuestros pasos hacia el fascinante Louvre. Como mi chico es el patrón de los imposibles y más tozudo que una mula su primer cometido fue fotografíar a la habitante más famosa de aquel curioso vecindario: la Mona Lisa, mientras yo me emocionaba disfrutando de las maravillosas salas de pintura francesa.
Y por fin llegó la tregua sí, París lució soleada para enseñarnos su barrio más famoso y más bohemio: Montmartre. El Sacre Coeur, la Place du Tertre, el Moulin Rouge, Au Lapin Agile y muchos otros rincones famosos los hallamos enclavados en aquellas calles sinuosas y estrechas más propias de un pueblecito que de una gran urbe como París y que por desgracia han perdido encanto con el avasallamiento turísitico que me temo sufren a menudo. El placer máximo de aquella preciosa mañana lo obtuve sin duda al comer este delicioso "macaron" que me compré en una de las múltiples "boulangeries" que pueblan la zona. Y es que los dulces franceses parecen estar sacados de otro planeta de ricos que están. Al cuerno con la operación bikini!Aunque bueno la espléndida imagen del famoso Sacre Coeur ante mí también fue algo francamente inolvidable.
Y es que tener a la capital francesa a los pies tiene lo suyo! Jeje! Y Sarkozy de vacas con el amiguete Bush...
TO BE CONTINUED...
Comentarios
Te pediré consejo de como moverme por allí.A ver si voy pronto que me gustaria.
Me gusta mucho como escribes.
Besos, guapa
Y lo mejor es lo que no nos pones en este post... las conversaciones mientras se pasea, los sentimientos que surgen, la magia del viaje...
qué envidia!
Salud!
El sacre coeur debe ser estupendo sin turistas.
Y la torre Eiffel es maravillosa desde cualquier costado, de día y de noche, con luces y sin ellas.
Lo poco que estuve en París este julio pasado también me acompañó la lluvia, pero, ¿No resulta preciosa bajo la lluvia?
En breve el episodio II!
¿ALGUIEN SE OFRECE?