Desde que de niña leí a Julio Verne me fascinó la ciencia ficción. Con los años mi devoción por la fantasia y la posibilidad de vivir aventuras en otros mundos no dejó de crecer. El cine y la literatura fueron mis dos grandes aliados en este romance particular que viví y que sigo viviendo.
No en vano algunas de mis películas de cabecera son la trilogía de Regreso al Futuro, o la mítica Blade Runner. Y entre mis libros predilectos la obra de Tolkien también ocupa un lugar privilegiado.
Así que cuando me enteré que en TVE empezarían una nueva serie de ciencia ficción que pintaba bien, El Ministerio Del Tiempo, no dudé en apuntarme al carro y verla.
Sí, yo no suelo ver series españolas. En los últimos años y con la edad de oro de las series de televisión me he tragado horas y horas de producciones yankees y británicas, incluso ahora estoy enganchada a una danesa, Borgen, pero española ninguna. Miento, vi El Tiempo Entre Costuras, porque me encantó el libro y quise darle la oportunidad que se merecía. No estuvo mal la adaptación pero no la consideré tampoco nada especial.
En los blogs y círculos que visito asiduamente sobre cine y televisión recomendaban este trabajo de los hermanos Olivares con insistencia. Así que la curiosidad me picó fuerte. El componente fantástico de viajes en el tiempo mezclado con otra de mis grandes aficiones, la historia, aún le añadían más puntos a esta serie y probabilidades altas de que yo pudiera disfrutar con ella.
Y vamos sí disfruté, en fin lo que yo disfruto, porque lo que hago cada semana con su horita de emisión es deleitarme con el visionado y pasármelo genial. Así tal cual.
La trama principal con el ministerio misterioso y secreto y la escalera con acceso a las puertas del tiempo me enganchó desde el minuto cero, me recordó en parte a los escenarios lúgubres en los que se desarrollan tantas y tantas tramas de una de mis sagas literarias favoritas, Harry Potter. De hecho El Ministerio del Tiempo, se parece al Ministerio de Magia que creó J.K. Rowling sin duda.
Las misiones del grupo protagonista, en el Siglo de Oro, en plena Segunda Guerra Mundial o en la Edad Media, da igual, me resultan trepidantes, emocionantes y divertidas.
Los guiños de todo tipo, a la situación social actual, como las ironías de los funcionarios ministéricos sobre los recortes; a mis referentes cinéfilos, nombrar a Marty McFly me llegó al corazón; y seríefilos, como la última escena del capítulo 4 a lo Sons Of Anarchy, me hacen esbozar sonrisas todo el tiempo.
La revisión de nuestra historia, tanto la más reciente como la más lejana, me interesa, porque siempre me gusta aprender más sobre un tema que no he de ocultar que me apasiona. Ver el capítulo de Torquemada me hizo investigar compulsivamente un rato después algunos datos sobre el personaje.
Justo ahora que ando dándole vueltas al tema de "tirar el hilo" en la educación de mis hijos veo que series como ésta son indudablemente una vía directa para enganchar a cualquiera y tirar el hilo descubriendo y aprendiendo historia de España. Mucho más que cualquier libro de texto rollazo que les queramos meter entre ceja y ceja.
Y finalmente no debo obviar lo emocionante que resulta la historia personal de cada uno de los protagonistas y funcionarios que pululan por la serie. Desde la obsesión absoluta de Julián por su difunta esposa, las vicisitudes de Amelia en su doble vida o la fascinación, totalmente comprensible por otra parte, de Alonso ante el mundo del siglo XXI.
Así que sin duda alguna, debo recomendar esta serie encarecidamente. Quede claro que hacía mucho tiempo que no entraba por aquí para aleccionar a mis lectores para que sigan ninguna serie pero ésta lo merece y bien merecido.
Además el hecho de que el nubarrón de la cancelación por parte de TVE ronde por encima de la serie aún es más motivo para difundir su calidad a los cuatro vientos y animar a que se vea porque lo vale y mucho. Hasta hay una petición en en Change.org para que sea renovada por una segunda temporada.
Nada más pues, a ver todo el mundo El Ministerio Del Tiempo sin rechistar eh!!!!
No en vano algunas de mis películas de cabecera son la trilogía de Regreso al Futuro, o la mítica Blade Runner. Y entre mis libros predilectos la obra de Tolkien también ocupa un lugar privilegiado.
Así que cuando me enteré que en TVE empezarían una nueva serie de ciencia ficción que pintaba bien, El Ministerio Del Tiempo, no dudé en apuntarme al carro y verla.
Sí, yo no suelo ver series españolas. En los últimos años y con la edad de oro de las series de televisión me he tragado horas y horas de producciones yankees y británicas, incluso ahora estoy enganchada a una danesa, Borgen, pero española ninguna. Miento, vi El Tiempo Entre Costuras, porque me encantó el libro y quise darle la oportunidad que se merecía. No estuvo mal la adaptación pero no la consideré tampoco nada especial.
En los blogs y círculos que visito asiduamente sobre cine y televisión recomendaban este trabajo de los hermanos Olivares con insistencia. Así que la curiosidad me picó fuerte. El componente fantástico de viajes en el tiempo mezclado con otra de mis grandes aficiones, la historia, aún le añadían más puntos a esta serie y probabilidades altas de que yo pudiera disfrutar con ella.
Y vamos sí disfruté, en fin lo que yo disfruto, porque lo que hago cada semana con su horita de emisión es deleitarme con el visionado y pasármelo genial. Así tal cual.
La trama principal con el ministerio misterioso y secreto y la escalera con acceso a las puertas del tiempo me enganchó desde el minuto cero, me recordó en parte a los escenarios lúgubres en los que se desarrollan tantas y tantas tramas de una de mis sagas literarias favoritas, Harry Potter. De hecho El Ministerio del Tiempo, se parece al Ministerio de Magia que creó J.K. Rowling sin duda.
Las misiones del grupo protagonista, en el Siglo de Oro, en plena Segunda Guerra Mundial o en la Edad Media, da igual, me resultan trepidantes, emocionantes y divertidas.
Los guiños de todo tipo, a la situación social actual, como las ironías de los funcionarios ministéricos sobre los recortes; a mis referentes cinéfilos, nombrar a Marty McFly me llegó al corazón; y seríefilos, como la última escena del capítulo 4 a lo Sons Of Anarchy, me hacen esbozar sonrisas todo el tiempo.
La revisión de nuestra historia, tanto la más reciente como la más lejana, me interesa, porque siempre me gusta aprender más sobre un tema que no he de ocultar que me apasiona. Ver el capítulo de Torquemada me hizo investigar compulsivamente un rato después algunos datos sobre el personaje.
Justo ahora que ando dándole vueltas al tema de "tirar el hilo" en la educación de mis hijos veo que series como ésta son indudablemente una vía directa para enganchar a cualquiera y tirar el hilo descubriendo y aprendiendo historia de España. Mucho más que cualquier libro de texto rollazo que les queramos meter entre ceja y ceja.
Y finalmente no debo obviar lo emocionante que resulta la historia personal de cada uno de los protagonistas y funcionarios que pululan por la serie. Desde la obsesión absoluta de Julián por su difunta esposa, las vicisitudes de Amelia en su doble vida o la fascinación, totalmente comprensible por otra parte, de Alonso ante el mundo del siglo XXI.
Así que sin duda alguna, debo recomendar esta serie encarecidamente. Quede claro que hacía mucho tiempo que no entraba por aquí para aleccionar a mis lectores para que sigan ninguna serie pero ésta lo merece y bien merecido.
Además el hecho de que el nubarrón de la cancelación por parte de TVE ronde por encima de la serie aún es más motivo para difundir su calidad a los cuatro vientos y animar a que se vea porque lo vale y mucho. Hasta hay una petición en en Change.org para que sea renovada por una segunda temporada.
Nada más pues, a ver todo el mundo El Ministerio Del Tiempo sin rechistar eh!!!!
Comentarios
Saludos querido Canichu!