Desde el 18 de enero de 2013 somos cuatro en casa. Sí por fin nació mi segundo hijo, mi bombón como le llamo cariñosamente. Es un niño precioso y como ya debí suponer le adoro desde el primer momento en que le vi. Como toda madre repetidora me preguntaba si podría querer tanto a un nuevo hijo como quiero a mi mayor, a mi tesoro, pues bien las madres debemos tener una reserva especial de amor incondicional para nuestros hijos que se carga automáticamente con cada embarazo.
El parto fue de película, bueno tal vez exagero, pero fue mucho mejor que el primero y con diferencia. El tener claro lo que no quería, y el saber bien lo que deseaba en esta ocasión, me puso las cosas mucho más fáciles. Con el parto de mi mayor rompí aguas y me provocaron con oxitocina las contracciones, fue un parto largo y pesado, luego llegó la epidural que me la pusieron en dosis excesiva, ni siquiera notaba las piernas, resultado una dilatación aún más lenta, y una expulsión poco exitosa que tuvo que ser reforzada con el uso de forceps, con la consecuente episotomía y un montón de puntos que ni los cuadros de punto de cruz que hace mi madre.
En esta ocasión iba pasada de fecha, y me dieron la semana 41 como límite, sino me ponía de parto antes del 18 me provocoban el parto. Esa frase me aterrorizó y pensé que volvería a repetirse la historia. Yo emperrada en ponerme de parto natural hice todo lo que pude para desencadenarlo. Caminé un montón, fregué y barrí la casa hasta la extenuación, tomé chocolate compulsivamente, incluso sintiéndome pesada y torpe aproveché para tener sexo antes de caer en el celibato propio de la cuarentena. Esto último me hizo romper el tapón mucoso justo el día en que cumplía 40+1, pero nada el parto no hacía "on".
El 18 por la mañana entré en el hospital nerviosa pero una vez dentro de la habitación individual-paritorio en la que se iba a desarrollar todo, conocer a la comadrona que me iba a atender, y comprobar que ya venía dilatada de casa 2 cm, empecé a relajarme. Le conté mi anterior experiencia y ella me respondió con firmeza que esta vez sería muy distinto y muy bonito. Así fue. Me enchufaron oxitocina a las 9,30 poco a poco, yo respondí dilatando con bastante rapidez y aguantando genial las contracciones gracias a las técnicas de relajación aprendidas y los ejercicios con pelota de pilates practicados en casa. La música de la sala, un buen libro, la única compañía de mi marido y el apoyo de una comadrona genial también fueron buenos aliados. A las 13,00 me rompió la bolsa de aguas, aguanté las fuertes contracciones una hora y media más y cuando estaba de 6 cm el anestesista me puso la epidural, muy flojita, para no sentir dolor fuerte pero con capacidad de sentir bien la presión de mi niño que quería nacer y mover las piernas con suficiente soltura. Media hora más tarde había dilatado por completo. Empezaron los pujos, me coloqué en una posición cómoda, estábamos solo mi marido, la comadrona y yo, toqué la cabecita de mi bebé que se asomaba tímidamente, y en poco rato y unos cuantos pujos fuertes y efectivos, logré ayudara a nacer a mi pequeño. Qué emoción. Me pusieron al peque encima nada mas nacer, con el cordón umbilical uniéndonos aún, fue un momento delicioso, le ofrecí el pecho y milagrosamente se agarró a él con fuerza, fue un momento tan maravilloso que no lo olvidaré nunca. Mi marido cortó el cordón. Todo fue perfecto. Puntos solo tres.
La recuperación, la lactancia materna, todo ha sido más sencillo en esta ocasión.
Sino fuera por los celos incipientes y comprensibles de mi tesoro mayor estos días serían absolutamente de diez, bueno por eso y porque cuando íbamos a salir del hospital la pediatra que le iba a dar el alta a mi pequeño detectó un ligero chasquido al mover la pierna izquierda. La sospecha de una displasia de cadera se ciñó sobre nosotros. Ahora estamos citados el 11 de febrero para realizar una ecografía de cadera y confirmar diagnóstico. En estos casos la precocidad de la detección es fundamental para solventar el problema lo más rápido posible. El agobio inicial y la preocupación se han ido atenuando, quiero pensar que si realmente mi niño tiene este problema quiero que se arregle lo más pronto posible. De momento le ponemos triple pañal como medida preventiva hasta que tengamos la visita con el traumatólogo infantil y nos dé los resultados de la ecografia.
Y esto es todo por el momento, ya soy la feliz mami de dos preciosidades!!!
El parto fue de película, bueno tal vez exagero, pero fue mucho mejor que el primero y con diferencia. El tener claro lo que no quería, y el saber bien lo que deseaba en esta ocasión, me puso las cosas mucho más fáciles. Con el parto de mi mayor rompí aguas y me provocaron con oxitocina las contracciones, fue un parto largo y pesado, luego llegó la epidural que me la pusieron en dosis excesiva, ni siquiera notaba las piernas, resultado una dilatación aún más lenta, y una expulsión poco exitosa que tuvo que ser reforzada con el uso de forceps, con la consecuente episotomía y un montón de puntos que ni los cuadros de punto de cruz que hace mi madre.
En esta ocasión iba pasada de fecha, y me dieron la semana 41 como límite, sino me ponía de parto antes del 18 me provocoban el parto. Esa frase me aterrorizó y pensé que volvería a repetirse la historia. Yo emperrada en ponerme de parto natural hice todo lo que pude para desencadenarlo. Caminé un montón, fregué y barrí la casa hasta la extenuación, tomé chocolate compulsivamente, incluso sintiéndome pesada y torpe aproveché para tener sexo antes de caer en el celibato propio de la cuarentena. Esto último me hizo romper el tapón mucoso justo el día en que cumplía 40+1, pero nada el parto no hacía "on".
El 18 por la mañana entré en el hospital nerviosa pero una vez dentro de la habitación individual-paritorio en la que se iba a desarrollar todo, conocer a la comadrona que me iba a atender, y comprobar que ya venía dilatada de casa 2 cm, empecé a relajarme. Le conté mi anterior experiencia y ella me respondió con firmeza que esta vez sería muy distinto y muy bonito. Así fue. Me enchufaron oxitocina a las 9,30 poco a poco, yo respondí dilatando con bastante rapidez y aguantando genial las contracciones gracias a las técnicas de relajación aprendidas y los ejercicios con pelota de pilates practicados en casa. La música de la sala, un buen libro, la única compañía de mi marido y el apoyo de una comadrona genial también fueron buenos aliados. A las 13,00 me rompió la bolsa de aguas, aguanté las fuertes contracciones una hora y media más y cuando estaba de 6 cm el anestesista me puso la epidural, muy flojita, para no sentir dolor fuerte pero con capacidad de sentir bien la presión de mi niño que quería nacer y mover las piernas con suficiente soltura. Media hora más tarde había dilatado por completo. Empezaron los pujos, me coloqué en una posición cómoda, estábamos solo mi marido, la comadrona y yo, toqué la cabecita de mi bebé que se asomaba tímidamente, y en poco rato y unos cuantos pujos fuertes y efectivos, logré ayudara a nacer a mi pequeño. Qué emoción. Me pusieron al peque encima nada mas nacer, con el cordón umbilical uniéndonos aún, fue un momento delicioso, le ofrecí el pecho y milagrosamente se agarró a él con fuerza, fue un momento tan maravilloso que no lo olvidaré nunca. Mi marido cortó el cordón. Todo fue perfecto. Puntos solo tres.
La recuperación, la lactancia materna, todo ha sido más sencillo en esta ocasión.
Sino fuera por los celos incipientes y comprensibles de mi tesoro mayor estos días serían absolutamente de diez, bueno por eso y porque cuando íbamos a salir del hospital la pediatra que le iba a dar el alta a mi pequeño detectó un ligero chasquido al mover la pierna izquierda. La sospecha de una displasia de cadera se ciñó sobre nosotros. Ahora estamos citados el 11 de febrero para realizar una ecografía de cadera y confirmar diagnóstico. En estos casos la precocidad de la detección es fundamental para solventar el problema lo más rápido posible. El agobio inicial y la preocupación se han ido atenuando, quiero pensar que si realmente mi niño tiene este problema quiero que se arregle lo más pronto posible. De momento le ponemos triple pañal como medida preventiva hasta que tengamos la visita con el traumatólogo infantil y nos dé los resultados de la ecografia.
Y esto es todo por el momento, ya soy la feliz mami de dos preciosidades!!!
Comentarios
Que agradable que tras un parto difícil hayas podido disfrutar de este segundo más resuelto.
¡Ves! Quien te iba a decir hace unos años que seríais 4, eh??? ;)
¡¡¡Mi más feliz enhorabuena familia!!!
Besotes
Me alegro q hayas tenido un bonito parto.
Te dije q todo llegaría, verdad? Pues a disfrutarlo guapa. Te lo mereces
Un abrazo y que Dios bendiga tu hogar con todos sus tesoros dentro de él.
Mi más sincera enhorabuena. Me alegro muchíiiiiiisiiiiiiimoooooooo.
Un beso enorme!
Enhorabuena por el nacimiento de tu pequeño. Nos alegra comprobar que tuviste la suerte de vivir un parto respetado. Te invitamos a descubrir nuestra iniciativa a favor del parto respetado. Un abrazo.
http://www.expertosensalud.es/
Un abrazo grande!!!