A estas alturas, llevamos cuatro capítulos, me siento preparada para afirmar tajantemente que la segunda temporada de "Game of Thrones" no me ha decepcionado un ápice. Y menos tras el capítulo de esta semana, "Garden of Bones" (2x04) que califico de majestuoso. No seguir leyendo si no se ha visto hasta el 2x04 porque inserto spoilers. Primero por las localizaciones, cada día más impresionantes, con Qarth, la ciudad más bella que se ha visto y se verá, y Harrenhal, la fortaleza encantada. Magníficas ambas. Como lectora de la obra de George R.R. Martin jamás mis ojos podrían haber imaginado unos lugares tan míticos con tanta nitidez y tan acierto. El trabajo es aquí minucioso e impoluto.
Pero no nos quedaremos sólo con eso, porque los personajes también se están interpretando soberbiamente. Peter Dinklage sigue haciendo historia con su papel de Tyrion Lannnister, no es que me guste, es que lo adoro directamente. Y qué decir de Joffrey. La escena de las dos prostitutas es realmente impactante. Me gusta especialmente de la serie de la HBO un detalle, como con pequeños guiños se recogen los aspectos esenciales y definitorios de cada personaje nacido de la pluma de Martin. En el caso del rey por ejemplo, se logra en el momento en que él cargado de rabia pide que se azoten las prostitutas con más fuerza, y es que sólo el dolor ajeno le produce placer, y sabe que justo ese "placer" irritará además más al tío Tyrion, un tío que no deja de "educarle" ante la corte y humillarle al mismo tiempo, remarcando las debilidades del joven monarca. No me olvidaré tampoco de Arya y su rosario de nombres nocturno que le ayuda a dormir y la define como un personaje clave en la guerra de los cinco reyes. Tampoco debo obviar a Catelyn Stark, madre coraje donde las haya, que se enfrenta interiormente a la disquisición de apoyar los intereses militares de su hijo Robb Stark o defender la vida de Arya y Sansa, a quienes cree a salvo en Desembarco del Rey. En las escenas ante Renly Baratheon esta disquisición es muy obvia, pero más en las escenas en las que se enfrenta a Lord Baelish.
Y podríamos seguir contando porque la amplitud y la perfección de cada personaje es digna de admirar en esta serie. Como imagináis tengo ganas de que vuelva a ser lunes, ahora los lunes tienen un sentido especial, sin duda. Y es que aunque el Barça nos haya dado algún que otro disgusto últimamente, siempre nos quedará Westeros.
Pero no nos quedaremos sólo con eso, porque los personajes también se están interpretando soberbiamente. Peter Dinklage sigue haciendo historia con su papel de Tyrion Lannnister, no es que me guste, es que lo adoro directamente. Y qué decir de Joffrey. La escena de las dos prostitutas es realmente impactante. Me gusta especialmente de la serie de la HBO un detalle, como con pequeños guiños se recogen los aspectos esenciales y definitorios de cada personaje nacido de la pluma de Martin. En el caso del rey por ejemplo, se logra en el momento en que él cargado de rabia pide que se azoten las prostitutas con más fuerza, y es que sólo el dolor ajeno le produce placer, y sabe que justo ese "placer" irritará además más al tío Tyrion, un tío que no deja de "educarle" ante la corte y humillarle al mismo tiempo, remarcando las debilidades del joven monarca. No me olvidaré tampoco de Arya y su rosario de nombres nocturno que le ayuda a dormir y la define como un personaje clave en la guerra de los cinco reyes. Tampoco debo obviar a Catelyn Stark, madre coraje donde las haya, que se enfrenta interiormente a la disquisición de apoyar los intereses militares de su hijo Robb Stark o defender la vida de Arya y Sansa, a quienes cree a salvo en Desembarco del Rey. En las escenas ante Renly Baratheon esta disquisición es muy obvia, pero más en las escenas en las que se enfrenta a Lord Baelish.
Y podríamos seguir contando porque la amplitud y la perfección de cada personaje es digna de admirar en esta serie. Como imagináis tengo ganas de que vuelva a ser lunes, ahora los lunes tienen un sentido especial, sin duda. Y es que aunque el Barça nos haya dado algún que otro disgusto últimamente, siempre nos quedará Westeros.
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