Junio ha pasado en un suspiro, o no, ha sido un mes intenso, mucho, el cumpleaños del mayor, el mío propio, los exámenes en la facultad de mi socio, el fin de curso de mis nenes, proposiciones laborales interesantes, mucho trabajo en la oficina, mi bebé más dinámico que nunca, primeros días de piscina y playa, una boda de amigos, un triste aniversario, otra visita del Ratoncito Pérez a la vista, y mucha repostería casera para diversos eventos festivos, en fin muchas cosas, y no me enrollaré porque ya que tardo tanto en escribir tampoco es plan de ahuyentar a los pocos lectores que me queden por aquí con rollazos soberanos. Deciros que para tranquilidad de todos y la mía propia parece que estoy más despejada, la "mini crisis" matrimonial parece que ha levantado el vuelo. Y estoy enfocando el verano de un modo más optimista que hace unos días. Tenía sentimientos encontrados pero al final cuando lo valoro en frío me doy cuenta de que es el cansancio, el estrés y el día a día e
El mundo visto con humor, amor y mucha tolerancia.