Casi cuatro años después de este sueño , una pequeña parte del mismo por fin se cumple, y no, tranquilos, no me ha tocado la loteria y vengo a haceros envidia aquí, nada más lejos. Digo una pequeña parte porque en realidad era un caprichillo que tenía pendiente de regalarme a mí misma hace mucho tiempo y que por fin me he animado a dármelo, arrastrada un poco por la circunstancia de que mi antiguo portátil ha muerto, descanse en paz. Así que al fin me he comprado un Mac. Y es que hace mucho tiempo que estoy tentada por una de las sectas más peligrosas que se conocen, la secta Apple, casi tan temible como la de la Termomix. Primero era una tentación pequeñita pero poco a poco su sombra se fue alargando. Y fue así porque una buena amiga cayó hace tiempo en los amplios tentáculos que la marca tecnológica de la manzanita extiende sobre todos aquellos a los que nos gusta en mayor o menor medida la tecnología. Después fue mi jefe quien sucumbió a los encantos de los Mac. Y más tarde muchos d