Hace unos cuantos días Impenitente hablaba en su blog de lo mucho que quería a su família... bien lejos. Leyendo aquellas líneas me sentí tan identificada que por un momento pensé en mudarme a Cincinatti, por poner algo, echando tierra por medio entre los míos y yo. Y es que tener hijos, mejor dicho, tener el único hijo y el único nieto de ambas familias, a parte de ser una bendición y una cosa muy bonita y dichosa, es una putada con mayúsculas. Os pongo en antecedentes, mi suegra y mi madre se han chiflado, sí se han vuelto tarumbas las dos, y no tarumbas de cualquier manera no, a modo de comedia ridícula americana chunga, no sé si me explico. Nunca me ha costado mucho aceptar cómo es mi suegra, al fin y al cabo es eso, mi suegra, uno siempre critica a las suegras, es lo que toca, lo estudíabamos así en Ciencias Sociales de 7º de EGB y en los artículos del COSMOPOLITAN, pero con mi madre es distinto, una jamás imagina que va a ver a su progenitora en estos fregados. Y es que esto de t
El mundo visto con humor, amor y mucha tolerancia.